Soy vecino del barrio de Poble Nou, y puedo decir que el Home Sharing ha sido una de las experiencias más bonitas que he vivido en Barcelona en los últimos años. Por un lado, el beneficio económico que esta actividad nos reporta en medio de la (ya eterna) crisis es para nosotros muy importante, y una forma de subsistir, aunque no se trata de cantidades grandes de dinero. En este sentido, el Home Sharing pienso que democratiza parte del ingreso turístico de ¨la millor botiga del mon¨, entre familias sencillas que comparten su hogar para poder llegar a fin de mes. Por otro lado, el mayor beneficio de esta actividad sin dudas está en el componente humano. Gracias a compartir mi hogar con viajeros he podido conocer gente de todas partes del mundo, y corroborar que las personas, en su mayoría, son gente buena. Visitante de Canadá, Rusia, Grecia y muchas partes de España llegan a casa y se sienten como en la suya propia. Una vez compartimos en mi hogar por unos días, estos visitantes pasan a ser unos vecinos más del barrio y dejan de ser esos ¨guiris¨ en el sentido peyorativo que el ¨turismo masivo¨ promovido desde arriba por años nos ha mostrado. Una persona que llega a nuestro hogar, deja de ser un Guiri. Gracias a compartir la casa con un vecino, pueden entender como funciona la ciudad y descubrir lugares que no aparecerán en ninguna guía turística de ningún hotel de capital extranjero. Mis huéspedes descubren así lugares como el mítico bar Monópol de la rambla de Poble Nou, o el pequeño nuevo espacio para vegetarianos de Pere IV llamado Yummy Veggie. Quienes tienen inquietudes musicales o artísticas pueden descubrir eventos que no promocionará el ¨bus turístic¨. Que los turistas conozcan secretos como estos (que solo conocen los que viven en la ciudad), solo es posible gracias al home sharing. Mención aparte lo conmovedora que ha resultado a nivel personal la experiencia de compartir con otros vecinos en la red ViA (Veins i Anfitrions), en donde he podido corroborar como la actividad de compartir el hogar ese realizada principalmente por personas que han encontrado en esto una forma de ganarse la vida dignamente, especialmente mujeres trabajadoras que buscan salir de la crisis de una forma honrada. En hora buena y larga vida al Home Sharing. No somos profesionales, somos vecinos responsables y anfitriones.
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