Tengo 68 años, soy arquitecto y desde que comenzó la crisis hace aproximadamente 8 años no he tenido ningún encargo. Sigo en activo y eso significa pagar mi jubilación, las cuotas colegiales, el seguro obligatorio más los gastos de mantenimiento de mi casa. Además tengo que mantener a mi hijo de 35 años con una discapacidad mental y tuve que cuidar de mis padres muy mayores hasta el año pasado. Como comprenderán con mis ingresos no hubiera podido afrontar todo esto. Por esa razón y gracias a tener una vivienda unifamiliar en el barrio de Horta pude destinar una parte a esta actividad. Las personas que han venido a mi casa se han sentido muy bien acogidas ya que les brindo mucho asesoramiento acerca de la ciudad y alrededores. Soy socio de VIA (Veïns i Amfitrions de Barcelona ) y estamos luchando para el reconocimiento de este tipo de actividad colaborativa no profesional. Desearía que se reglamentara para no seguir en un limbo jurídico. Si me impidiesen seguir compartiendo mi hogar no me quedaría otra opción que vender mi casa.
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