Buenos días,
Soy pensionista y vivo en un piso de alquiler que está en la única zona de Barcelona que podía pagar. Pero con los años ha ido subiendo el alquiler y ya no tengo edad para compartir un piso con gente más joven. Empecé a compartir una habitación de mi casa después de ser huésped de Airbnb y gracias a esto consigo pagar las facturas la mayor parte de los meses (otros no). Si no pudiese alquilar esa habitación, estaría en la calle, sin poder trabajar y sin recursos porque vivo al día, no gano lo suficiente para ahorrar ni he podido comprarme nunca una vivienda. He intentado compartir la habitación por periodos prolongados, pero la convivencia siempre ha sido muy complicada en esos casos. Ahora la comparto por poco tiempo y si hay fricciones solo tengo que aguantar unos días. Afortunadamente, la mayor parte del tiempo disfruto de la compañía de gente amable y educada. Cuando vienen solos les acompaño a ver "mi ciudad", la de mi barrio, la que no sale en las guías turísticas. SIempre les recomiendo el supermercado más cercano, los negocios del barrio, y ellos están encantados de volver a su casa con una experiencia de Barcelona que no se parece a la de nadie más. Además, soy socia de la Associaciò de Veïns i Amfitrions de Barcelona y allí he conocido a gente increíble y gracias a ellos estoy al día de todas las novedades que me afectan como anfitriona de vivienda compartida.
He viajado mucho yendo "chez l'habiitant", a casa de particulares, desde años antes de que el fenómeno apareciese en España. En Francia era muy común y viajé a lugares como Rusia alojándome en habitaciones de casas particulares. Me gusta mucho más esa opción que la de un hotel, que para mí es frío y te aisla. Siempre he querido salir del bucle hotel-monumentos-hotel y me encanta poder dar la oportunidad a otros de viajar de la misma manera. Conozco a gente interesante con la que, de otro modo, nunca coincidiría: profesores universitarios, productores de televisión, trabajadores sanitarios, estudiantes chinos, parejas de personas mayores disfrutando de la vejez y la jubilación, parejas en luna de miel (a estos siempre les dejo una botella de cava y dos copas junto a la cama)...Gracias a mis huéspedes y a mi compromiso con ellos, estoy al día de lo que puede hacerse en la ciudad, de los cambios en precios y condiciones de servicios públicos, museos, etc. Estimulan mis ganas de disfrutar más de Barcelona, en lugar de solo "sobrevivirla". Me fuerzo a tener siempre actualizada la información que pueden necesitar. Me mantengo activa (porque también hay que limpiar todo la casa antes de que lleguen) y a veces contrato los servicios de u
Compartir