Manifestación de parte de Julio Villacorta
Quiero, en primer lugar, agradecer la posibilidad de intervenir en este proceso participativo de elaboración del anteproyecto de ley de Derechos Culturales.
Motiva mi participación el temor de que el Estado, en su actor la Generalidad de Cataluña, en el diseño y la aplicación de esa futura ley de derechos culturales, me obligue, por una parte, a unas prestaciones para las que no he tenido, por edad y ascendencia, los medios necesarios previos para hacer frente a los deberes que me impone. Y que no se pueda argumentar, que no he hecho el esfuerzo de participación que me corresponde como ciudadanos de este país.
Por otra parte, entiendo que la configuración cultural propia de una persona tiene diversas componentes, unas de naturaleza biológica, y otras como resultado de una elaboración personal en interacción con su medio social y la percepción que de él va adquiriendo por su posición en la pirámide de necesidades, objetivas y subjetivas, tanto en el sistema de producción de bienes y servicios que atienden dichas necesidades, como en las superestructuras que condicionan, social y políticamente, su trayectoria vital espacio-temporal.
Quiero destacar, a este efecto, que el sistema de partidos en lugar de un sistema de participación constituye, en mi percepción, en este momento, un filtro de naturaleza catalanista que sesga esta posibilidad; así como denunciar que la ley electoral catalana constituye una barrera de entrada a una autentica representatividad democrática plural, en las instituciones dependientes de la Generalidad catalana.
Quiero, asimismo, dejar constancia de que estamos entrando en un estado de derecho de legislación líquida, esquiva y maniobrera, que sitúa en la inseguridad e indefensión más absoluta a los ciudadanos españoles con vecindad civil catalana y de matriz etnolingüística castellana.
Y me siento y me obligo como representante de más de 1000 ciudadanos en la ciudad de Barcelona, a través de diversas candidaturas en las que he concurrido desde 1987 a las elecciones municipales y autonómicas en Barcelona y Cataluña, respectivamente, a expresar y proyectar mis percepciones y valoraciones en defensa de sus necesidades.
Reivindicando, finalmente, el derecho a participar, en igualdad de criterios racionales, como beneficiario de los recursos que se canalizan a través del sector público para la promoción de los referidos derechos culturales, sujetos del proyecto de ley en cuestión.
Atentamente.
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